Adriana a la pantalla grande

 
Les juro que eso fue lo que pensé: “La señora Adriana está en el cine”, y recordé a mi amiga Gabriela que fue la primera que me lo señaló; me dijo: “Ve a ver la película Sherlock Holmes; está muy buena, y ahí sale la Señora Adriana”. Pues le hice caso, y vaya que sí, o casi.
 
Resulta que la actriz Kelly Reilly es extremadamente parecida a nuestra primera dama. La artista realiza el papel de “Mary Morstan”, prometida del Dr. John Watson, el asistente de “Sherlock Holmes”, el célebre detective inglés, hijo de la pluma de Sir Conan Doyle, en la película que a propósito del personaje nos regala Guy Ritchie ("Snatch" o "Cerdos y Diamantes", 2000).
 
La dirección es buena, las escenas de acción, soberbias, como es su estilo. En contra, un cierto tedio y lentitud en algunas secuencias, que simplemente se alargan y alargan y alargan...
 
El soundtrack, me place. Ritmos que podrían tacharse de "ajenos" al contexto de la historia, brindan el perfecto contrapunto a las imágenes, la mayoría de las veces, complicadas coreografías. Los personajes, deliciosos. Un Sherlock muy humano, atormentado por la enormidad de su genio, y al mismo tiempo frágil al sentimiento redentor por antonomasia: el amor, encarnado en la figura de su exacta contraparte femenina, su media naranja, una carterista y pilluela, hija de la calle y que, a pesar de amarlo de igual modo, entre los azares del destino y sus respectivos demonios internos, jamás logran consumar su apasionado amor.
 
El Dr. Watson, a su vez, es un hombre recio, viril, fino y educado, mucho más un caballero por si mismo que el propio Holmes, quien parece siempre hallarse más cómodo entre lo que suele llamarse "escoria de la sociedad". Watson, contrario a su compañero, encuentra el amor en la institutriz que comentaba al principio, si bien tienen dificultades para consolidar su relación dado el continuo estrés y violencia al que se ven sometidos en sus aventuras.
 
El filme presenta un enfoque dinámico del personaje de Sir Conan Doyle, en una historia que anticipa los avances de la tecnología y la modernidad y juega con los arquetipos y símbolos de siempre, es decir, el mal contra el bien, y la oscuridad que no logra atraparnos gracias al más débil rayo de luz...
 
Así que si tiene tiempo de ver un buen trabajo y satisfacer la curiosidad acerca del parecido fisonómico que le menciono, le recomiendo que vaya  a verla, tiene un poco de todo lo que hace una buena película y lo que le puede llegar a sobrar, es más que pasable. Bueno, eso digo yo...
 
CAJÓN DE LO QUE NO DEBERÍA ESCRIBIR Y SIN EMBARGO ESCRIBO…
1.- LA FRASE: “Los placeres sencillos/ son el último refugio/ de los hombres complicados”. Oscar Wilde
 
2.- UN TROZO DE POESÍA: “hilo de plata la luna cuelga en la comisura de tu risa fácil/ mi dueño/ la palabra huye cuando en ti me centro/ y no estoy/ me ausento/ compás de tiempo que se ensancha desde lo hondo de tu recuerdo”. Lorena Illoldi.
 
3.- MISCELÁNEOS: Los ánimos se siguen caldeando en la carrera grande; los galgos de van eliminando uno a uno, dejando la quiniela final entre unos cuantos, muy pocos en verdad. Sin embargo, el verdadero triunfador será aquél que logre mantener la calma en medio de esta situación; mucha, mucha más presión que esta es la a que se ve sometido un gobernador, sobre todo el de un estado como el nuestro, fuerte y complejo en su manejo. Así que sirvan estas pequeñas llamaradas del estrés y la presión para ver chamuscarse a los candidotes y suspirantes a la gobernatura tamaulipeca. Sirve que van quedando todavía menos…