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Descarta estudio que vacuna contra VPH conduzca a la promiscuidad
El reporte de Bednarczyk, aseguró que no existe asociación entre la vacunación contra el VPH y el aumento de esos marcadores de la actividad sexual
15/10/2012 | Actualizada a las 13:42h
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Chicago,
(Notimex).- Un estudio
pediátrico descartó que la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH),
que se aplica a las adolescentes para protegerlas del cáncer cervical, las
lleve a una mayor actividad sexual y las convierta en promiscuas.
Esta semana la
Academia Estadunidense de Pediatría publicó en su revista Pediatrics los
resultados de un análisis comparativo de la actividad sexual de mil 398
adolescentes, 493 vacunadas contra el VPH y 905 que no recibieron la vacuna.
Dicho estudio
evaluó los registros médicos por embarazos, pruebas para enfermedades de
transmisión sexual y la búsqueda de asesoramiento sobre métodos
anticonceptivos, entre otros.
La investigación
"Resultados relacionados con la actividad sexual después de la vacuna
contra el Virus del Papiloma Humano en niñas de 11 a 12 años", fue
coordinado por Robert Bednarczyk, investigador de la Universidad Emory, de
Atlanta, Georgia.
El reporte de
Bednarczyk, aseguró que no existe asociación entre la vacunación contra el VPH
y el aumento de esos marcadores de la actividad sexual.
Indicó que
estudios previos sobre la hipótesis de cambios en la actividad sexual después
de la vacuna VPH pueden estar sujetos a sesgos de respuesta libre y hasta la
fecha no hay una investigación que haya medido registros clínicos posteriores a
la vacunación en niñas que la reciben.
El análisis
planteó que si bien el inicio temprano de la actividad sexual y las múltiples
parejas sexuales son factores de riesgo para la infección por VPH, los
hallazgos validaron estudios anteriores donde las mujeres jóvenes expusieron su
intención de no modificar su comportamiento sexual después de vacunarse.
Los
investigadores analizaron hasta tres años después de la vacunación de las niñas
participantes en el estudio, tiempo en el que muy pocas de las que recibieron
la vacuna a la edad de 11 o 12 años había incrementado su actividad sexual o en
el momento en que tenían 14 o 15 años.
El estudio no
encontró diferencia en las tasas de estos marcadores en comparación con las
niñas sin vacunar.
Es decir que, al
menos el 90 por ciento de las niñas, con y sin vacuna, no buscó pruebas de
embarazo, de infección o consejería anticonceptiva, acciones consideradas
indicativos de la actividad sexual. Dos de cada grupo quedaron embarazadas,
mientras que la clamidia, que es una enfermedad de transmisión sexual común,
fue diagnosticada en una niña vacunada y tres niñas sin vacunar.
Desde 2006, los
Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan que todas
las niñas entre 11 y 12 años reciban la vacuna contra el virus, que se aplica
en tres dosis en más de seis meses.
Esto es así
debido a que las cepas del VPH son los virus más comunes de transmisión sexual
y provocan un gran número de cánceres de la boca y garganta, cuello del útero y
órganos genitales.
El VPH es la
causa principal de cáncer cervical pero también se ha relacionado con cánceres
anales y orales tanto en las mujeres como en hombres.
La revista
Pediatrics también incluyó los resultados preliminares de un estudio sobre la
influencia de los padres en el comportamiento sexual de sus hijos adolescentes.
Las conclusiones
del estudio determinaron que a la fecha la investigación pediátrica ha
descuidado este enfoque para centrarse en la madre.
El estudio
"Influencia paterna sobre conductas sexuales de riesgo en
adolescentes", encabezado por Vincent Guilamo-Ramos, de la Universidad de
Nueva York, realizó un análisis de investigaciones publicadas entre 1980 y
2011.
Tales estudios
tenían como objetivo adolescentes de 11 a 18 años y el análisis se centró en
los procesos de crianza paternos incluidos.
Solo se
identificaron 13 artículos sobre el tema y la influencia paterna más comúnmente
estudiada fue sobre cualidades emocionales de la relación padre-adolescente,
mientras que la comunicación sobre el sexo fue mayormente vinculada con la
conducta sexual de los adolescentes, enfocada en la iniciación sexual.
Los autores
sugirieron que los factores paternos si influyen pero están independientemente
asociados con el comportamiento sexual de los adolescentes en relación con los
maternos.
Consideraron que
se requiere una investigación más rigurosa sobre las diversas facetas de la
influencia paterna y ofrecieron recomendaciones a los médicos para incorporar
mejor a los padres en intervenciones diseñadas para reducir el comportamiento
de riesgo sexual adolescente.
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