Muere en Tampico la escritora Ana María Rabatté y Cervi

Tampico, Tamaulipas.- A la edad de 77 años, y tras convalecer de una enfermedad que padecía, este día lunes murió en Tampico la escritora porteña Ana María Rabatté y Cervi.

Gran consternación se registró en círculos sociales de Tampico, donde era ampliamente estimada.

Apenas en octubre pasado el Gobierno de la Ciudad de Houston, Texas, la había declarado Ciudadana Honoraria, “en reconocimiento del gran éxito que ha tenido y de los logros de vocación para apreciar los valores y las contribuciones que ha hecho a través de un servicio público desinteresado y en beneficio del bien de la humanidad”.

La ceremonia fue realizada en pasado 10 de octubre de 2009 en la residencia de la misma escritora porteña, Ana María Rabatté y Cervi. Ese día estuvieron presentes la diputada local Magdalena Peraza Guerra, el director de Turismo, Carlos Acevedo Hernández y el presidente de la Asociación de las Ciudades Hermanas Tampico-Houston, Marco Antonio Bracamontes, quienes entregaron la proclamación a Ana María Rabatté.

Ana María Rabatté y Cervi nació en Tampico el 31 de julio de 1933, siendo sus padres don Francisco Rabatté Estopier y doña Sara Cervi de Rabatté, originarios de Tuxpan, Veracruz.

Escribió más de 24 libros, 7 folletos e innumerables Tarjetas-Mensajes. Se inició en el camino de las letras desde los 18 años.

En 1966 Ana María Rabatté publicó sus colaboraciones en el Boletín de Cursillos de Cristiandad, ha dado conferencias en Sudamérica y Europa; y pertenece a la Asociación de Escritoras de Poesía AC, de la UNAM.

El Instituto Mexicano Internacional de Arte y Cultura la nombró Mujer Destacada de Tamaulipas, siendo objeto de innumerables reconocimientos, entre ellos haber recibido la medalla “Fray Andrés de Olmos al Mérito Ciudadano” en el año de 1995.

Una de sus colaboraciones, que publicaba en El Sol de Tampico, fue la denominada “En Vida, Hermano”, que deja un mensaje al lector de que las cosas deben de hacerse en el momento, sin esperar que la situación haya pasado, es decir, antes que esa persona, familiar o amigos no estén físicamente.