Hermosillo, (Notimex).- El Cerro de la Campana es considerado un monumento natural icónico de esta ciudad capital, que se aprecia desde cualquier perspectiva y es un punto turístico de visita obligada para apreciar el crepúsculo.

El monumento histórico de Sonora, de acuerdo con el Congreso del estado hace 51 años, es el lugar más distintivo de la capital de Sonora y se aprecia prácticamente de cualquier punto de la ciudad, además es un punto de esparcimiento familiar.

El historiador y cronista de la ciudad, José Rómulo Félix Gastélum, señaló que el nombre de la colina data de 1600 del siglo XVII, cuando los españoles exploraron detenidamente la colina y detectaron que al chocar las piedras se escuchaban ecos de campanas.

Los españoles buscaban metales preciosos, dijo en entrevista con Notimex, pero en el cerro, que también tiene forma de campana –cuya altitud es de 319 metros- sólo encontraron vetas de mármol y materias calcáreas.

El expresidente de la Sociedad Sonorense de Historia comentó que en las laderas de la loma, ubicada en la zona centro de la capital de Sonora, están asentados los barrios del Cerro, Bella Vista, Rastro, Penitenciaría, La Matanza y Las Pilas.

Recordó que en 1884 por 236 pesos, dos personas de nombre Víctor Aguilar y Francisco Alatorre, obtuvieron las 47 hectáreas que conforman el cerro y lo convirtieron en un centro de trabajo para unos cien hombres.

Cortes de piedra, caleras y un campamento para modelar la piedra se asentaron en diversas áreas de la montaña, de la cual se extrajo el material para la construcción de lo que ahora es la antigua penitenciaría de Sonora, ubicada al oriente del cerro.

A finales del siglo XIX inició la construcción de la penitenciaría y se dice que en los trabajos participaron varios presos, en especial indígenas yaquis, que permanecían recluidos ahí aún antes de que el edificio fuera inaugurado.

El 15 de septiembre de 1908, el entonces gobernador Luis Emeterio Torres, formalizó el funcionamiento de la nueva cárcel, que operó como tal durante 71 años; en ese lugar se realizó el último fusilamiento en México.

En la actualidad, la antigua Penitenciaría es sede de la delegación Sonora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El cronista de la ciudad de Hermosillo indicó que reclusos del penal construyeron una escalera de piedra y madera hasta la cúspide, a la que se le conoció como “El Caracol” y el 15 de septiembre de 1909 se inauguró el mirador del Cerro de la Campana.

Recordó que en 1964, los gobiernos federal y estatal construyeron la carretera empedrada y circular que remata en la cumbre, donde actualmente funciona un mirador que es visitado por personas de todas las edades para apreciar la ciudad y el crepúsculo.

En el cerro de la campana hay vetas de mármol, el cual se utilizó para la construcción de las columnas del primer piso del Palacio de Gobierno.

En abril de 1966 el Cerro de la Campana fue declarado, por ley, Monumento Cívico en el Estado de Sonora en honor al héroe ferrocarrilero Jesús García Corona y en 1968 se instalaron en la cúspide antenas para las retransmisiones de la Olimpiadas.

En septiembre de 2012 se inauguró la rehabilitación del monumento cívico que consistió en instalación de lámparas para iluminar la colina, la cual también se pavimentó, se instalaron miradores, jardineras, bancas, barandales y sanitarios.

Se instalaron 116 luminarias de mil watts en 29 postes de 12, 15 y 18 metros de altura, mientras que en el mirador se acondicionaron 19 luminarias de luz blanca metálica que crean efecto de flotación en el cerro.