En artículo publicado en el año 2011 por “Tantum”, se reseña el papel que ha adquirido Sociedad Hipotecaria Federal, desde su fundación en el año 2002, por el rol que juega en el financiamiento y el mercado de la vivienda en México, que por sus aportaciones, vale la pena citar en esta columna. Fuente: (http://www.tantum.com/mexico/articulo_completo.htm?DX=296)
Comenta que “… Hasta los primeros años de este siglo, si Usted no estaba en la seguridad social o era empleado del gobierno, sus opciones para obtener un préstamo hipotecario en México eran escasas. Las tasas de ahorro históricamente bajas en el país habían creado un mercado limitado de hipotecas al por menor que servía básicamente a los ricos. Todo eso cambió en 2002, cuando el Congreso de México aprobó una ley creando la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
Como único banco hipotecario de desarrollo del gobierno, la SHF es responsable del desarrollo de los mercados de primarios y secundarios de vivienda en México. Crea productos de crédito para los intermediarios de crédito (como los bancos y cooperativas de crédito), préstamos subvencionados y créditos puente para los desarrolladores, los seguros para los prestamistas, y varios otros productos, tales como micro-préstamos para prestatarios de bajos ingresos. Una institución gubernamental de 400 empleados, la SHF reportó un ingreso de U$ 814 millones y un patrimonio de U$ 1,500 millones en 2010.
Otra misión principal de la SHF es desarrollar un mercado de títulos hipotecarios en México. Si lo hace, ayuda a construir el capital para apoyar un mercado de préstamos hipotecarios cada vez mayor, mientras que le permite al Organismo ofrecer productos hipotecarios a tasas de interés más bajas.
Como un creador de mercado, la agencia apoya el mercado de valores respaldados por hipotecas, la concesión de garantías, seguros, y otras mejoras crediticias con a emisiones tanto privadas como del gobierno - entre 2003 y 2010 creció a cerca de 175,000 millones de pesos, o U$ 14.6 mil millones.
Otras funciones de la SHF incluyen la configuración de un marco regulatorio para el mercado, promover la inversión en títulos hipotecarios, y, más recientemente, proporcionando liquidez durante los períodos de tensión en el mercado.
Completamente autofinanciado, SHF cuenta con siete unidades funcionales: tres unidades de negocio, tres unidades de apoyo, y una unidad de control interno. Las unidades de negocios incluyen una oficina de desarrollo del mercado de la construcción y la vivienda, que promueve nuevos productos y busca intermediarios y alianzas; una oficina de crédito, garantías y seguros (su brazo de operativo), y una oficina financiera.
Sus unidades de apoyo incluyen la administración, la estrategia, y la oficina de riesgos, una oficina de operaciones y sistemas, y una oficina legal / fiduciario. En 2009, SHF estableció una compañía de seguros hipotecarios…” (Fin de la cita).
A partir de diciembre de 2012, es nombrado como Director General de SHF, el economista sonorense, Jesús Alberto Cano Vélez, imprimiendo a este importante banco de desarrollo una nueva mística de trabajo.
A partir del 2008, la gran concentración que adquirieron desde 1990 hasta el año 2007, las grandes constructoras e inmobiliarias de México (URBI, GEO y Homex), se fue desmoronando, hasta pasar de representar por su proceso de reestructura, a un valor de mercado menor al 70% de sus mejores tiempos.
Así, se sabe que URBI valía 11,131 millones de pesos a mediados de julio del año pasado. Ahora vale alrededor de 1,450 millones. Homex tenía un valor de capitalización de 9,401 millones, cierra julio por debajo de los 1,000 millones. GEO estaba en 7,750 millones y ahora no llega a los 900 millones.
Entre los nuevos constructores protagonistas que aparecen en el escenario, figuran compañías que llevan años en el sector, como SADASI, de Isaac y Enrique Vainer, fundada en 1975; RUBA, de Jesús Miguel Sandoval, que data de 1980 y ARA, de Germán Ahumada, empresa que nació en 1977 y el único de los desarrolladores que cotiza en la BMV y se mantiene de pie. Está, además, JAVER, de Roberto Russildi y Vinte, de Sergio Leal, que es la única compañía de las nuevas grandes que nació en este siglo.
En este nuevo escenario, SHF juega un nuevo rol de influencia dando juego a los nuevos competidores que inician a sobresalir en este difícil sector inmobiliario.
El futuro de la vivienda en México, se verá influenciado con mayor fuerza con la visión que le imprime la experiencia financiera de Cano Vélez, presidente de la Federación de Colegios de Economistas y analista económico desde sus años al frente de la Consultora ARegional.
Recientemente, Alberto Cano Vélez presentó en Hermosillo durante EXPOCASA de CANADEVI, la conferencia: "Política Nacional de Vivienda", donde habló del trabajo que desarrolla SHF en el último año como banca de desarrollo y en apego a los programas presentados por el Presidente Enrique Peña Nieto en materia de vivienda.
Entre sus comentarios afirma que la industria de la construcción es un amplio abanico de empresas, no solo las grandes desarrolladoras, sino también las pequeñas empresas que han dado un modelo nacional en la vivienda y, puntualizó, no van a ser abandonadas, seguirán haciendo casas a bajo costo y de calidad.
Informó que entre las estrategias de corto plazo, está la de firmar convenios entre la SEDATU, los gobiernos de los estados, la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) y el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares (FONHAPO). Con estas acciones el Gobierno Federal asume su responsabilidad de otorgar no solo una vivienda, sino un producto de calidad y en orden, para que los mexicanos vivan mejor.
El Plan Nacional de Desarrollo nos mandata, dijo, a dar impulso a soluciones de vivienda digna, así como al mejoramiento de los espacios públicos. Subrayó que la industria de la construcción, que representa de manera directa el 3 por ciento y, de manera indirecta, el 7 por ciento del Producto Interno Bruto va tener un nuevo impulso.
Por una parte, SHF, FONHAPO, SEDATU y por la otra los desarrolladores de vivienda grandes, medianos y pequeños, están conjuntando sus esfuerzos hacia una competencia en un sector que seguirá premiando la fortaleza financiera, pero que empezará a reconocer más el servicio posventa. El rompecabezas empieza a tomar forma, pero queda por definir el papel que tendrán los consumidores.
Hasta hace poco era normal que las empresas más grandes tuvieran un récord escandaloso en lo que se refiere a satisfacción de los compradores. El gobierno ha sido cauto u omiso en este asunto, pero las cosas están cambiando. El poder creciente de los consumidores no es un mito, menos en mercados tan competidos como el de la vivienda.
El nuevo escenario se vislumbra más agresivo y retoma el papel que le toca jugar a la banca de desarrollo en este sector, por lo que SHF jugará de una forma más activa y participativa en el desarrollo de la producción de vivienda.
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